Hoy, 24 de enero, se conmemora el Día Internacional de la Educación, y la UNESCO nos invita a reflexionar sobre el impacto de la inteligencia artificial (IA) en este ámbito crucial. Bajo el lema “IA y educación: preservando la autonomía humana en un mundo automatizado”, se abre un espacio para preguntarnos cómo las tecnologías emergentes pueden contribuir a un sistema educativo más inclusivo y equitativo. Desde nuestra perspectiva como Asociación de Personas con Acondroplasia y otras Displasias Esqueléticas (ADEE), estas cuestiones no solo son relevantes: son urgentes.
El potencial transformador de la IA, con límites claros
La IA tiene un inmenso potencial para personalizar la educación, adaptarse a los ritmos de aprendizaje y mejorar el acceso a la información. Sin embargo, también plantea interrogantes sobre si estas herramientas están diseñadas teniendo en cuenta a las personas con diversidad funcional. ¿Podemos realmente hablar de innovación si no se contempla la accesibilidad? En España, se estima que 19,515 personas tienen talla baja severa, y entre 1,200 y 1,500 han sido diagnosticadas con acondroplasia (Fundación ONCE, 2022). Para este colectivo, las barreras educativas no son solo físicas; son también estructurales y culturales.
Educación y exclusión: un vínculo que persiste
A pesar de los avances en materia educativa, las personas con acondroplasia enfrentan una realidad alarmante: únicamente 2 de cada 10 logran continuar sus estudios más allá de la educación secundaria obligatoria, lo que limita sus oportunidades de empleo y su desarrollo personal (Fundación ONCE, 2022). Este fenómeno se explica por factores como la falta de accesibilidad en los espacios educativos, la ausencia de recursos adaptados, el desconocimiento de sus necesidades específicas por parte del personal docente y el persistente estigma social que muchas veces culmina en acoso escolar.
Estas barreras no solo restringen el acceso a una educación de calidad, sino que reproducen un círculo vicioso de exclusión. Aquí es donde la inteligencia artificial podría jugar un papel clave, pero no sin antes garantizar que estas herramientas se diseñen bajo principios éticos y con un enfoque centrado en la inclusión.
La IA como aliada: una posibilidad que debe materializarse
La UNESCO subraya que, a pesar del rápido avance de la inteligencia artificial en las aulas, solo 7 países han desarrollado programas específicos de formación en IA para docentes, y apenas 15 países han integrado objetivos de aprendizaje sobre IA en sus planes educativos (UNESCO, 2023). Estas cifras no solo reflejan una brecha digital preocupante, sino también un reto ético: garantizar que las herramientas tecnológicas sean accesibles para quienes más las necesitan.
Por ejemplo, un sistema educativo que utiliza plataformas de aprendizaje automático podría identificar los ritmos y estilos de aprendizaje específicos de cada estudiante. Sin embargo, si estas plataformas no están diseñadas para atender las necesidades de estudiantes con diversidad funcional, como aquellos con acondroplasia, la brecha de exclusión se profundiza.
Un llamado urgente desde nuestra experiencia
Desde la Asociación ADEE, creemos firmemente que la educación inclusiva no puede ser relegada a un ideal teórico; debe ser una prioridad práctica. En este contexto, hacemos un llamado a:
- Incorporar la accesibilidad en el diseño tecnológico: Las herramientas de inteligencia artificial deben ser inclusivas desde su concepción, asegurando que todos los estudiantes puedan beneficiarse de ellas.
- Capacitar a los docentes: Es fundamental que los educadores no solo sepan cómo usar estas herramientas, sino también cómo aplicarlas para garantizar la equidad.
- Promover la empatía y el conocimiento: La educación no solo se trata de transmitir información, sino de formar ciudadanos conscientes y comprometidos con la diversidad.
Un futuro inclusivo con IA
La inteligencia artificial no puede ni debe reemplazar las cualidades humanas más esenciales, como la creatividad, la empatía y la inteligencia emocional. En cambio, debe servir como una herramienta que potencie estas habilidades y que ayude a derribar barreras. Solo así podremos construir un sistema educativo donde todas las personas, independientemente de sus características físicas o sociales, tengan las mismas oportunidades de aprender y crecer.
En este Día Internacional de la Educación, reafirmamos nuestro compromiso con una educación que no excluya, que no invisibilice y que no deje a nadie atrás. Como sociedad, debemos priorizar no solo la innovación, sino también la inclusión. Porque educar no es solo enseñar; es transformar.
Referencias
Fundación ONCE. (2022). Informe sobre personas con acondroplasia y otras displasias esqueléticas en España.
UNESCO. (2023). Día Internacional de la Educación 2025: Inteligencia artificial en la educación.